frutillas con dos cucharas

Los cigarros siguen, pero las lagrimas no,

el sueño sobresalto de la almohada,

y al despertar un niño cielo me acariciaba,

lo miré fijamente, me provocó sol y una eterna sensación.


Él lleva el cielo en sus ojos,

en su cuerpo el calor,

y un susurro de amor


Camine al lado de sus pasos y eso me gustó.

Me abrasó en la locura, y no la privó.

Prendí la luz cuando tuve miedo y me abrasó.

Le mostré sueños y los completó.


El sueño sobresalto de la almohada

…y me gustó despertar para verte.



Comentarios

taxicala ha dicho que…
siempre me senti bienvenido en tu corazon al leer esto! dulces ojitos pardos.

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